Las vacunas son un preparado de antígenos que
una vez dentro del organismo provoca la producción de anticuerpos y
con ello una respuesta de defensa ante microorganismos patógenos. Esta
respuesta genera, en algunos casos, cierta memoria inmunitaria produciendo
inmunidad transitoria frente al ataque patógeno correspondiente.
La palabra fue acuñada por Jenner a partir del latín variola
vaccinia, adaptado del latín vaccīnus, del latín vacca, ‘vaca’.
Las vacunas son el principal logro de la investigación
biomédica y una de las principales causas de la mejora de la salud y la calidad
de vida del ser humano. Desde el comienzo de las epidemias en China, la
experiencia y la observación dieron lugar a los primeros métodos de profilaxis,
la variolización. Las primeras evidencias de estas prácticas son atribuidas
a Zhang Lu.
La primera vacuna descubierta fue la usada para combatir
la viruela por Edward Jenner en 1796, y debe su nombre al
hecho de que las ordeñadoras de la época que estaban en contacto con la viruela
de vaca o viruela bovina (viruela "vacuna"), la cual era menos
patógena, hacía que estas personas se inmunizasen y no contrajesen la viruela
humana.
Clasificación
Las vacunas se clasifican
en dos grandes grupos:
·
Vacunas vivas atenuadas.
·
Vacunas inactivadas.
Existen varios métodos de
obtención:
·
Vacunas avirulentas preparadas a partir de formas no peligrosas
del microorganismo patógeno.
·
Vacunas posificadas a partir de organismos muertos o inactivos.
·
Antígenos purificados.
·
Vacunas genéticas.
Las vacunas se administran
por medio de una inyección, o por
vía oral (tanto con líquidos como con pastillas).
Origen de las vacunas
La viruela fue la primera enfermedad que el ser
humano intentó prevenir inoculándose a sí mismo con otro tipo de enfermedad.
Se cree que la inoculación nació en la India o
en China alrededor del 200 a. C. En China, a los
pacientes que sufrían tipos leves de viruela se les recogían fragmentos de
pústulas secas para molerlas hasta conseguir una mezcla con aspecto de polvo
que luego se le introducía por la nariz, esperando que esto les inmunizara. En 1718, Lady
Mary Wortley Montague informó que los turcos tenían la costumbre de
inocularse con pus tomado de la viruela vacuna. Lady Montague inoculó a sus
propios hijos de esta manera.
En 1796, durante el momento de mayor extensión del
virus de la viruela en Europa, un médico rural de Inglaterra, Edward
Jenner, observó que las recolectoras de leche adquirían ocasionalmente una
especie de «viruela de vaca» o «viruela vacuna» (cowpox) por el contacto
continuado con estos animales, y que luego quedaban a salvo de enfermar de
viruela común. Efectivamente se ha comprobado que esta viruela vacuna es una
variante leve de la mortífera viruela «humana». Trabajando sobre este caso de
inoculación, Jenner tomó viruela vacuna de la mano de la granjera Sarah Nelmes.
Insertó este fluido a través de inyección en el brazo de un niño de ocho años,
James Phipps. El pequeño mostró síntomas de la infección de viruela vacuna.
Cuarenta y ocho días más tarde, después de que Phipps se hubiera recuperado
completamente de la enfermedad, el doctor Jenner le inyectó al niño infección
de viruela humana, pero esta vez no mostró ningún síntoma o signo de
enfermedad.
En 1881 Louis Pasteur lleva a cabo un
audaz y brillante experimento público para comprobar de la efectividad de la
vacuna antiantráxica ideada por él, en la granja, hoy histórica, de
Pouilly-le-Fort. El desarrollo del experimento fue como sigue:
El 5 de mayo inyecta 24 carneros, 1 chivo y 6 vacas con
58 gotas de un cultivo atenuado de Bacillus anthracis. En mayo 17, estos mismos
animales fueron inoculados nuevamente con la misma cantidad de un cultivo menos
atenuado, o sea más virulento.
El 31 de mayo se realizó la prueba suprema. Se inyectaron
con cultivos muy virulentos, todos los animales ya vacunados, y además, 24
carneros, 1 chivo y 4 vacas no vacunados, que sirvieron como grupo testigo a la
prueba.
El 2 de junio, una selecta y nutrida concurrencia apreció los resultados, que fueron los siguientes:
El 2 de junio, una selecta y nutrida concurrencia apreció los resultados, que fueron los siguientes:
Todos los carneros vacunados estaban bien. De los no
vacunados, 21 habían muerto ya, 2 más murieron durante la exhibición ante la
propia concurrencia y el último al caer de la tarde de ese día. De las vacas,
las 6 vacunadas se encontraban bien, mientras que las 4 no vacunadas mostraban
todos los síntomas de la enfermedad y una intensa reacción febril.
Louis Pasteur
Al comunicar estos resultados, Pasteur introdujo los
términos de vacuna y vacunación que provienen de la palabra latina vacca, fruto
de los resultados obtenidos al inocular el virus de la vacuna; en la
terminología médica como homenaje a Jenner, su ilustre predecesor.
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